martes, septiembre 05, 2006

Hoy martes 5 de septiembre me encuentro aqui sentada frente a la computadora. Iba a comenzar a preparar mi clase de escuela dominical para este domingo siguiente pero antes quiero compartir aqui mis sentimientos y mas que nada el testimonio que tengo de que Dios cuando nos llama a servir en algun lugar no nos deja solos.

Ya cumpliré mis primeros dos meses enseñando en la escuela dominical. Mi clase es bien pequeña de cuatro alumnos, uno es el hijo del consejero de la estaca, otro es hijo de la presidenta de la sociedad de socorro de mi barrio, otra jovencita es la hija del obispo y la última jovencita es hija del presidente de los hombres jóvenes. Al principio, sin antes conocerlos, me asusté un poco por ser ellos hijos de buenos lideres pero al conconerlos ahora son jóvenes excelentes, con conocimiento, humildes y amigables.

Traté de conquistarlos, mi madre me pasó un muy buen consejo, y lo puse en práctica y me resultó muy bien. Ella me dijo: - Marina, lo primero que debes hacer es hacerte amigos de ellos. Ganarte su amistad. Gracias madre por ser tan sabia.
Funcionó y creo que ellos me consideran su amiga. Al menos lo noté el domingo pasado cuando uno de ellos antes de comenzar la clase me contó de una experiencia de salir con una joven. Y pienso que cuando ellos comienzan a contar esas cosas u otras experiencias quiere decir que confian en uno y me gusta eso que además de ser su maestra tambien pueda ser yo su amiga.

He confirmado aun más que cuando El Señor te llama y tu haces tu parte que te corresponde...
siempre tendras la compañia del Espiritu Santo. Lo he comprobado con mi llamamiento. Recuerdas que me llamaron para enseñar en ingles aun cuando mi ingles no es muy bueno y menos para dar una clase. Ahora puedo pararme frente a mi clase y enseñar lo que debo enseñar. Durante la semana siento que tengo conmigo la guia e inspiración para preparar mis clases. Vienen a mi mente palabras, experiencias para compartir y tratando siempre de añadir algo de buen humor en mi clase.

Pensé que iba a estar todos lo dias preguntando a mi esposo acerca de la lección o de como se diga algo y en verdad, a pasado todo lo contrario...y eso es porque siento que El Señor está a mi lado apoyándome y ayudándome durante mi preparación y durante mi clase cada domingo.

Un consejo personal? Nunca digas no a un llamamiento en la Iglesia. El Señor sabe porque te lo da. Aún cuando veas que se te haga dificil e imposible nada de eso lo es para Dios. El lo vé con diferentes ojos, El sabe del porque somos nosotros la persona correcta para estar en ese lugar. Solo tu dí "si" y luego "haz tu parte y deja el resto al Señor".