jueves, noviembre 26, 2020

Lo que me faltaba en este 2020 de pandemia

Son esas llamadas telefónicas que por un momento piensas si contestas o no. Dentro de mí pensaba "si tienen algo que decir, mejor que lo dejen grabado".

Me encontraba en mi descanso del trabajo cuando sonó el teléfono con una llamada de la oficina del doctor. Siempre me dejan grabados los resultados médicos, ¿porqué habría de ser diferente hoy? Aún me quedaban unos minutos libres, así que decidí escuchar el mensaje que habían dejado. Para mi sorpresa, lo que escuché fue: "por favor, póngase en contacto con nosotros que necesitamos hablar de sus resultados del laboratorio".

Para no hacerla larga, llegué a casa después de un par de horas. Me senté, respiré hondo y me dispuse a realizar la llamada. Minutos después, me estaban informando que los resultados de sangre daban que tenía "prediabetes" y que el doctor necesitaba verme para hablar del tema.

La palabra "prediabetes" sonó en mi cabeza todo aquel día. En el momento que tu doctor dice "tiene prediabetes/diabetes", la vida te cambia. Es como si te dieran un mazazo en la cabeza y tu salud de repente parece muy frágil. Imagínate que me dieron ganas de llorar, de hecho se asomaron algunas lágrimas y por seguro necesitaba de un abrazo.

Esa tarde mi hija estaba en la universidad y por alguna razón me llamó por teléfono y fue a ella a quién le conté de mi diagnóstico. Ella me respondió diciendo "¿no era de eso que murió tu papá?" Uyyyy noooo... me sentí peor. No era momento para recordar de cómo había fallecido mi padre. Tampoco estaba mi esposo en casa y no vendría hasta la noche tarde, así que le mandé un mensaje de texto contándole, a lo que me respondió: "Ay caray, ¡espero que solamente necesites hacerte vegana!" ¡Siempre aportando su granito de humor él! Sé que le encantaría que en esta casa dejáramos de comer carne, pero como buena argentina, eso no sucederá por ahora jajaja.

Recuerdo que era un día jueves 29 de octubre cuando me enteré de los resultados. A penas había visitado al doctor la semana anterior por una infección urinaria y luego me informaron que ya era tiempo de hacerme un chequeo anual. Así que regresé una vez más al consultorio para una revisión completa y salí de su oficina contenta porque parecía haber salido todo bien, solo faltaba esperar por los resultados de sangre. 

El día 12 de noviembre me encontraba en la oficina con mi doctor y mi esposo. Un doctor muy tranquilo, su voz calma y tratando de explicar que es la diabetes y de cómo funciona. Los resultados dieron que estoy a mitad de camino entre prediabetes y diabetes. Entre 5.7 y 6.1 se considera prediabetes y de 6.1 en adelante sería diabetes tipo 2.  Yo estoy en 5.9 y lo ideal es que ese número no aumente. Luego el doctor me preguntó si alguien de mi familia es diabética. "Sí", le dije. Mi padre falleció de coma diabético y a punto de que le amputaran un dedo y una pierna. Capturé en la reacción del doctor en ese momento que le estaba contando, una expresión de dolor, pero enseguida me alentó diciéndome que hoy es diferente. Ahora hay muchas cosas que se pueden hacer para controlar la diabetes. 

A continuación comenzó con varias preguntas. ¿Comes mucho pan? ¿comes pan blanco o integral? ¿consumes mucha azúcar? ¿comes papa? ¿comes arroz blanco o marrón? ¿fumas? ¿tomas alcohol? ¿tomas mucha soda? ¿vives estresada? ¿haces ejercicio? Mi cabeza estaba procesando tanta información en tan poco tiempo que pensaba me iba a explotar. 

"Tendrás que ir aprendiendo a cambiar tu dieta, tu rutina", me dijo. "Y a aprender a leer siempre la parte de atrás de los envases y cosas que consumes. También sería bueno bajar un poco de peso y así estaríamos por buen camino. Aunque de peso estas bien", me aclaró. Estas dentro de los limites, pero ayudaría un poco mas y dentro de seis meses quiero verte otra vez para otro análisis de sangre. Quizás tendremos suerte y con un cambio de dieta, ejercicios y bajar de peso, los números bajen y la prediabetes entonces podría desaparecer. Pero si dejamos que los números suban, ya no tendremos vuelta atrás si se convierte en diabetes. Entonces a cuidarse y nos vemos en seis meses.

Quiero que sepas que mi vida es normal. Ya vengo trabajando en mi dieta y aprendiendo a alimentarme mejor. Las primeras semanas me sentía frustrada. Miraba la lista de cosas que no podía comer y me sentía angustiada y pensaba que me iría a morir de hambre así. Hasta mi familia comenzó con sus chistes cuando me ven preparar mis alimentos, diciendo cosas como, "mira mamá con su "baby food" o "la prediabetes es lo mejor que te pudo haber pasado". Ahora nos reímos un poco mas. También he aprendido que cuando voy al supermercado tomo mi tiempo y leo los ingredientes de cada cosa que voy comprando y verifico si lo puedo comer. He sacado libros con información de la biblioteca, libros de recetas, y hasta videos para hacer ejercicios en casa durante estos meses de invierno frio y trato de no estresarme, aunque esto a veces es un poco difícil.

Estoy aprendiendo a dejar de lado las comidas que no me hacen bien. Ahora uso varios tips que me pasa mi mamá de la cocina. He dejado las cosas dulces. A veces consumía mucha azúcar, especialmente porque amo los chocolates y pensé por un momento que me moriría sin ellos. Créanme que estoy aprendiendo y dejando a un lado las cosas que me encantaba comer. Ahora me cuido mejor. Por suerte tengo la voluntad de seguir cuidándome y quererme mejor. Me quedan cinco meses para otro chequeo de sangre y ¡quiero vencer a la prediabetes! ¡Lo puedo lograr!

Agradezco a los amigos mas cercanos que les he compartido desde un principio sobre mi nueva batalla. Ustedes además de escucharme, me abrazan, se preocupan y me alientan a que me cuide y hasta me dicen que no todo esta perdido, que existen chocolates que puedo comer, sin azúcar, obvio, y que ¡siguen estando ricos igual! 

Aquí les comparto algunas fotos de los cambios que estoy implementando en mi diario vivir. Todo sea para combatir la diabetes y vivir con buena salud.

El ejercicio no debe faltar. El doctor me recomendó que al menos después de la cena camine por 15 minutos cada día.
 
 
He aprendido a preparar mis desayunos en forma de smoothies (a esto se refiere mi hija con "baby food"). Allí dentro de cada frasco esta todo lo que necesito antes de irme al trabajo.
 
Los chocolates que no pueden faltar para cuando las cosas no van bien en el día y que al comer uno me alegra al corazón.
 

Un día mi hija me mencionó si yo sabía lo que era un "avocado toast". Yo contesté que no tenía ni idea, y ahora es uno de mis platillos favoritos.

Por un tiempito dejé las novelas de amor por libros de información.

 



Mis jugos de verduras y frutas que no pueden faltar en esta casa!

Para el dia de acción de gracias me hice mi primer "apple pie" sin azucar! Y la verdad...muy rico.



Introduciendo nuevas cosas que antes no tenia la menor idea!