lunes, mayo 15, 2006

Elder Joseph B. Wirthlin y Elder Richard G. Scott

Tuve la oportunidad de estar frente a frente con estos dos Apóstoles del Señor de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias y saludarlos de mano e intercambiar algunas palabras. Es increíble como ellos transmiten paz, sencillez, gozo...

El 13 de septiembre de 1992 en Buenos Aires, Argentina se llevó a cabo la conferencia de la Estaca Norte. Esta fue una conferenica muy especial porque la presidió un Apostol del Señor, Elder Joseph B. Wirthlin. Yo con mis 18 años de edad fui escogida para ser una de las discursantes ante las 1000 personas que se congregaron ese dia. Mi tema fué sobre el matrimonio eterno, por qué debo casarme en el Templo? Un tema bonito por ser yo una joven que quise siempre casarme en un templo de Dios.

Recuerdo que llegó el domingo, yo estaba super nerviosa. Llegué bien temprano porque tenia ensayo de coro con los jóvenes adultos solteros que estábamos asignados a participar del coro de la estaca para la conferencia junto a mi madre con el acompañamiento del piano.
25 minutos antes de comenzar la conferencia llamaron a todos los discursantes para que se reunieran en el obispado. Caminé hacia allí a la hora pedida y cuando entré al cuarto del obispado estaba sentado detrás del escritorio el Apóstol Wirthlin que me extendió su mano para decirme "Buenos Dias". Debo contarte que al darle mi mano me transmitió una paz increible y de ahi en más sentí como si fuera yo otra persona. Los nervios desaparecieron y me sentí feliz, muy tranquila y segura de lo que iba a decir en mi discurso. Asi salió, todo muy bien. Muchos me felicitaron e incluso Elder Wirthlin dijo que yo era muy buena discursante.

Cuando tuve la entrevista con mi presidente de Estaca semanas previas a la conferencia me dijo que quizás ésta fuese la primera y la última vez que tenga esta oportunidad de discursar delante de un Apóstol del Señor y que por algo había sido escogida, de entre tantos jóvenes de mi estaca. En verdad me siento muy agradecida por esta oportunidad que me dieron de discursar.

El 29 de octubre de 1995 tuve la oportunidad de asistir a una charla fogonera en el barrio de Caballito en Buenos Aires donde el invitado para hablarnos fué el Apóstol Richard G. Scott. Con los jóvenes de mi barrio llegamos una hora y media antes para poder buscar buen lugar y claro que lo logramos.

La reunión fué todo un éxito con mucha espiritualidad. Aprendí tanto esa vez que se llenó mi corazón de gran gozo por sentir tan fuerte el Espíritu. Cuando finalizó la charla quise saludarlo asi que formé fila y cuando llegué a su lado el tomó mi mano y le dije: "Elder Scott, gracias por su mensaje especial, como usted dijo fue de corazón a corazón" y El me respondió aún sosteniéndome mi mano: "Gracias a usted por su mirada, usted estaba muy atenta y esto me ayudó a mi"

11 años después en febrero de 2006 le dí nuevamente mi mano a Elder Richard G. Scott cuando en una conferencia de la Estaca Cincinnati Este El fué el invitado especial. Yo estaba junto a mi esposo en el pasillo minutos antes de comenzar la conferencia cuando lo vi venir por uno de los pasillos y al pasar por mi lado lo saludé de mano con una gran sonrisa.

jueves, mayo 11, 2006

Una oración contestada.

Teníamos que tomar una decisión importante en nuestras vidas. Mi esposo se había graduado de la universidad y estaba buscando trabajo( en realidad hacía un año que había comenzado la busqueda). Vivíamos en Provo en un apartamento para estudiantes, con dos hijos pequeños y poco dinero.

El dia llegó cuando lo llamaron para un trabajo en México. Fué a la entrevista y parecía todo muy bonito porque era en la misma ciudad donde es mi esposo, con oportunidades de ascender rápido y otros servicios muy buenos. Estábamos muy entuciasmados pero cuando supimos de cuanto le pagarían no nos gustó mucho la idea de tomar el trabajo. Pero era la única oferta que había recibido hasta ese momento y cuando supimos que el mismo tipo de trabajo en los EE.UU. pagaban el triple me desilucioné.

Confiezo que tenía miedo de ir a vivir a México. Era la primera vez que oraba y oraba y no hallaba una respuesta. Mi esposo siguió adelante como si este sería la única posibilidad de trabajo asi que les envió una carta a la compania para negociar el sueldo lo cual fue negado y para un dia viernes teníamos que responder si queríamos ese trabajo o no. Fueron dias difíciles. Me acuerdo que me encerré en mi cuarto y me puse a orar y luego me senté para leer las escrituras especificamente el Libro de Mormón. Abrí en un versículo que en verdad no me ayudaba mucho a aclarar mi mente, lo cerré y lo abrí nuevamente y apareció todo este capitulo 111 de Doctrina y Convenios. Lo leí y en ese mismo momento supe que allí estaba la respuesta aunque en ese momento no lo comprendía muy bien el porque.

Ese mismo día sonó el teléfono y mi esposo fué para atenderlo pero aún no sabíamos cual sería la respuesta que daríamos a la oferta de México pero para nuestra sorpresa era un llamado del estado de Ohio de otra compania diciendo que estaban interesados para darle a mi esposo un puesto de trabajo y que el lunes teníamos que tomar una decisión. Recuerdo que cuando cortó la llamada le mostré a mi esposo lo que había hallado en las escrituras y ya nos sentíamos un poco mas tranquilos porque teníamos dos oferta y no solo una. Todo ese fin de semana estuvimos orando y meditando para tomar la decisión correcta. No teníamos idea de como era Ohio asi que nos fuimos a la internet para buscar toda la información posible.

Al final aceptamos el venirnos para el este y estamos muy felices por la decisión tomada.
Aún sigo leyendo el capitulo 111 y más claro y entendible esta para mi.
Se que Dios siempre nos bendice de una forma u otra. Nunca te deja solo y el sabe cuando te dará una respuesta a tu oración. Hay veces que es en el momento, otras no tan rápido pero nunca lo deja sin contestar.

Tengo un testimonio fuerte de la oración. Sé que las oraciones son contestadas siempre y cuando oremos con un corazón sincero y humilde.

lunes, mayo 08, 2006

El "si" a mi esposo.

Viviendo en Provo, UT. el 30 de octubre de 1996 vino la pregunta inesperada: Quieres ser mi novia? y la respuesta que le di fue que debia esperar.
En verdad no estaba muy segura de darle el "si" porque en ese tiempo yo estaba esperando a un joven(mi novio) que terminara la misión y en ese tiempo nos escribíamos cartas, el desde Argentina y yo de EE.UU.

Recuerdo que durante una semana pensé y medité mucho por darle una respuesta, si esperar a mi novio que terminara la misión o darle el si a este joven que habia aparecido en mi vida.
Opté por la segunda opción(lo siento mucho chileno) Dicen que los argentinos y los chilenos no se llevan bien.

Ahora me tocaba darle la respuesta del "si" al mexicano. El mes de noviembre llegó junto con un baile de preferencia que organiza cada año la universidad de BYU. Es un baile donde las chicas hacen una invitación original al jóven con la cual te gustaría asistir. Y decí entonces invitarlo. Para esto, con una amiga, tuvimos la bonita idea de hablar con su compañero de cuarto para que nos dejara entrar cuando el apartamento quedara solo. Ya que vivian cuatro jóvenes estudiantes alli.

El 9 de noviembre a las seis de la tarde conseguimos la llave entramos y limpiamos su habitación. El era un poco organizado pero nunca queda todo mas bonito cuando hay una mano de mujer en la limpieza(cierto chicas?) asi que todo quedó brillante. Decoramos el cuarto con globos rojos y le puse la invitación escrita en la pared con papeles de colores acerca de ir conmigo al baile de preferencia y el toque final fue cortar corazoncitos bien pequeños y con ellos formé dos letras importante la "s" y la "i". Las uní sobre su cama y este "sí" significaba la respuesta a su pregunta de: quieres ser mi novia?

Esa noche con mi amiga fuimos a buscarlo a su trabajo al MTC(centro de capacitación misional) y lo llevamos de regreso a su apartamento. Mi amiga y yo nos quedamos en la sala esperando que el entrara a su habitación y así como entró salió con una sonrisa grande para abrazarme por todo lo que encontró alli dentro.

El 13 de noviembre, mi compañera de cuarto me llamó para que atendiera la puerta ya que alguien estaba afuera preguntando por mi, me asomé y me encontré con un jóven que me traía un envío de seis hermosas rosas rojas adjunto una tarjeta que decia:

Es un intento-no logrado- de igualar tu belleza, te mando estas flores
como respuesta de mi cariño.
By the way...Did you say preference?...I say; Definitely YES!

Ahora me falta contarte de como nos comprometimos. Esta vez la respuesta fue al instante. Mi pobre novio no tuvo que esperar una semana para que yo lo pensara. Pero bueno... eso será en otro capitulo.