domingo, septiembre 25, 2016

En algún momento, todos somos frágiles!

Muchos me han considerado mujer fuerte. Muchos de ustedes han depositado en mi la confianza al contarme sus cosas y sus problemas. Muchos piensan que soy una mujer, amiga, madre y esposa ejemplar. Gracias! En realidad he tratado de serlo siempre pero hay veces que me resulta dificil. Creo que hay un tiempo, una etapa o un momento en la vida de uno que sostener todo eso de: mujer fuerte, mujer ejemplar, buena onda, consejera, va pesando poco a poco, hasta que se te hace dificil ese peso y es cuando te toca a ti mostrar tu parte fragil y hacerte escuchar de tus propias emociones y problemas a los demás.

A nadie le gusta que le digan "persona frágil" pero si nos ponemos a pensar, todos lo somos. Quizas unos mas, otros menos, pero todos en algun momento de nuestras vida lo somos! Esta semana sentí que se cayó esa mujer que conocen! Sentí que fallé, que me debilité y que desnudé mi alma. Déjame contarte!

Hace un año me mudé del Este de los Estados Unidos hacia el Oeste del país. Siempre fué mi deseo de volver al Oeste. Este fué mi segundo hogar despues de haber salido de mi pais hace mas de 20 años. Viví en el estado de Utah por varios años y luego me mudé a Ohio por razones de trabajo. Recuerdo haberle mencionado a mi esposo a penas nos instalamos en el nuevo lugar que si me queria volver a ver feliz nuevamente, teníamos que regresar a Utah. Pasaron 13 años desde que se lo dije y apenas el año pasado se me dió esa oportunidad de regresar.
Me encontraba muy feliz por el cambio que ibamos hacer. Hasta la mudanza lo hice con ánimo por la felicidad que llevaba dentro de regresar a mi segundo hogar. Siempre lo he llamado asi, "Mi segundo hogar"!.

Nos instalamos en una casa nueva donde me enamoré de la cocina(soy una de esas mujeres que al entrar a una casa lo primero que mira es la cocina), Pues si...me encantó la cocina, me enamoré de la vista que tengo desde mi cuarto que dá a un lago grande y a las montañas. Mirar el amanecer cada mañana desde mi balcon. El tomar fotos a cada amanecer por su belleza increible y por sus colores que me regala Dios. Pero lo mas importante no era la casa ni tampoco las cosas materiales en ella, sino que lo importante y valioso era que estaba muy anciosa, feliz y con muchas espectativas por el nuevo cambio.

Conocer gente nueva, tener amigas, vivir en un vecindario cálido, asitir a una capilla donde te sientes bienvenida, me imaginaba muchas y lindas actividades. Venía emocionada para comenzar con mis tradiciones en este nuevo lugar. Gente en mi casa, grupo de mujeres habilidosas que gustan hacer manualidades, desayunos navideños...Uyyyy tantas cosas lindas quería y esperaba hacer!!
Y sabes qué? Nada de eso pasó, nada durante este primer año que ya he cumplido viviendo aqui. Nada de eso sentí y me siento miserable y culpable de haberme entuciasmado tanto para nada y de haber traído a toda mi familia.

Escuchar a mi hija decir que no la saludan, que no tiene con quien hablar, que no tiene amigas, que las actividades de la iglesia no la involucran las jóvenes, y que se quiere regresar es fustrante y duele! Simplemente duele y vivir con eso cada dia me pone triste y me siento frágil. Los que dicen que estan para ayudarte no estan. Los que fueron tus amigos un dia, desaparecen. Y esto pesa mucho!
El jueves por la noche tuve la visita en mi casa de uno de los consejeros del obispado al barrio donde asisto. Sé que venía a extenderme un nuevo llamamiento además del que ya tengo. Pero antes de que siguiera hablando y decirme cual sería ese llamamiento nuevo, le dije que no iba aceptar otra asignación. Me miró con cara de asombro y me preguntó del porqué. Ahi fué cuando comencé a querer hablar y no podia. No quería quebrarme en frente de el. Queria mostrarme fuerte y simplemente contarle lo que me estaba sucediendo pero cuando fue mi turno de compartir mis sentimientos en vez de palabras, me salieron las lágrimas.
Me dijo: Respira y toma tu tiempo para hablar. Le conté que desde que me había mudado a este estado me sentia miserable, que no me gustaba el barrio, que la gente es fria, que no he encontrado ninguna amiga y que no puedo seguir escuchando y ver a mi hija que tambien se le está haciendo dificil esta adaptación.
No quise saber cual sería esa nueva asignación para mi. Simplemente no me siento lista para trabajar en otra cosa. Me expresó que el no sabía por lo que yo estaba pasando y lo dificil que me estaba resultando el cambio. Se despidió y se fué.

Hoy domingo me encontraba leyendo el discurso del Presidente Dieter F. Uchtdorf(uno de mis preferidos)y me llamó la atención un párrafo donde dice: "Nuestro Salvador, el Buen Pastor, nos conoce y nos ama. El conoce su dolor, sus súplicas en silencio, sus temores, sus lágrimas..." "..Eso requiere un poco de fe, pero no desesperen. Si no pueden reunir fe ahora, empiecen con la esperanza. Si no pueden decir que Dios está ahi, pueden esperar que esté allí; pueden desear creer; eso es suficiente para empezar. Entonces, actuando con esa esperanza, acérquense al Padre Celestial. Dios les extenderá Su amor, y Su obra de rescate y la transformación comenzará. Con el tiempo, reconocerán la mano de El en su vida. Sentirán Su amor; y el deseo de andar en Su luz y seguir Su camino aumentará con cada paso la fe que den." (El los colocará en Sus hombros y los llevará a casa. Abril 2016)

Esas palabras quedaron en mi mente y tocó mi corazón. Sé que con mi fe, con esperanza y con el creer un poco mas podré sentir y reconocer su mano y su amor. Sé que El me recompensará con esas cosas que necesita mi vida. Sé que encontraré y me hallaré cómoda con haber llegado hasta aqui a vivir nuevamente. Lo sentí una vez hace 13 años y se que volveré a sentirlo otra vez. Sé que conoceré nuevas amigas que tocarán a mi corazón y que mis hijos finalmente se sentirán cómodos en este Estado y que todos disfrutaremos un poco mas lo bello que Utah y su gente ofrece. Tengo Fe que todo eso vendrá en su debido tiempo. En el tiempo del Señor.

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